02 Jun


ARTÍCULO XI
LA RESURRECCIÓN DE LA CARNE

152. La resurrección de la carne quiere decir que al fin del mundo resucitaremos todos, volviendo a tomar cada alma el cuerpo que tuvo en esta vida.

153. No serán todos iguales los cuerpos de los resucitados, los cuerpos de los malos aparecerán horrorosos y cubiertos de ignominia; mientras que los cuerpos de los buenos estarán revestidos de gloria y majestad.

[Entiendan bien el punto 153, es la Santa Doctrina que es de acuerdo a la Justicia Divina. Ya el Profeta Daniel lo dijo en Dn 12, 2: “Y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra se despertarán, éstos para la vida eterna, aquellos para oprobio, para eterna ignominia”.

Lamentablemente ahora los sepulcros y víboras infiltrados en la Iglesia con el modernismo están queriendo venderle a la gente buzones pintados de “salvación” . Por ej. en las Misas diarias en mi diócesis (y no sé si en toda Argentina) se lee: “Señor, Tú harás participar a toda la creación de la gloria de la resurrección”. Es falso porque muchos resucitarán sin gloria, con condenación. Y también es falso porque no toda la creación resucitará, los animales no resucitan. Los ángeles son seres espirituales, que no mueren nunca. Los humanos tenemos carne y alma, la carne muere, el alma va al juicio personal al morir. Los animales tienen carne y no alma, no queda nada de ellos al morir, por eso los podemos matar y comer. ¿Jesús resucitó animales, o algún santo lo hizo? NO. Sí se bendice a los animales por su salud, ya que el A.T. dice: el malvado tiene mala entraña, el justo se preocupa por la salud de sus animales.

Otra cosa que le están vendiendo a la gente (y es porque la mayoría no son verdaderos católicos sino que quieren que les digan mentiras de salvación sin esfuerzo) es: “nuestra humanidad ya está en el centro de la Santísima Trinidad” como diciendo que ya llegamos y es cuestión de tiempo para que lleguen todos. Resulta que la humanidad que está en la Santísima Trinidad es la humanidad de Jesucristo, que está unida a la divinidad y es fuente de santidad y perfección. Otra humanidad que está en el centro de la Santísima Trinidad es la de la Virgen María, que jamás hizo el más leve pecado y se ganó el lugar de gloria en donde ahora está. Pero nuestra humanidad caída por el pecado y corrupta: NO.

Otro buzón disfrazado de salvación que le están vendiendo a gentuza ávida de mentiras es que cuando muere un ser querido, “ya está en el Cielo”. Un sacerdote sabio escribió: “¡están haciendo santos instantáneos!”, se entiende que no hay santos instantáneos, y dijo que se pasó de las Misas en sufragio por las almas de un difunto a “misas homenaje al difunto”, cuando sabemos que al único que se le rinde homenaje es a Jesucristo, aún si quieren agradecer u honrar a la Santísima Virgen se debe decir: En acción de Gracias a Jesucristo por la Virgen María. Nuestra religión es Cristocéntrica. Con eso de darle placebos a la gentuza diciendo que ya sus seres queridos están en el Cielo (cuando sabemos por Jesucristo que la mayoría de la gente va al infierno, ya que pocos dan con el camino estrecho que da a la Vida), privan a los difuntos de todas las Misas, sacrificios u oraciones que sus seres queridos deben hacer por ellos, en caso que hayan podido ser del número de las benditas almas que van al Purgatorio.]
 --
ARTÍCULO XII
LA VIDA PERDURABLE.

154. La vida perdurable significa la vida eterna que habrá después del juicio final, o eternamente feliz en el cielo, o eternamente infeliz en el infierno.

Nuestra alma jamás morirá; ha tenido principio, pero no tendrá fin.
Mientras exista Dios, existirá nuestra alma. [y sabemos que Dios existe y reina eternamente]

Dentro de mil millones de años y de siglos [seguro, pero ese tiempo es finito, y  la eternidad es infinita], nuestra alma existirá y estará en el cielo o en el infierno, según como nos hayamos portado en el brevísimo tiempo de esta vida.

¡Locura grande es cometer el pecado! ¡Por cosas que han de pasar tan pronto, perder un cielo eterno, merecer un infierno eterno!
Amén, al final del credo, significa: Así es, así lo creo.

155. Además del Credo y sus artículos, debe el cristiano creer todo lo que está en la Sagrada Escritura y todo lo que Dios tiene revelado a su Iglesia.

Dijimos al principio, (pregunta 32) que el Credo es un compendio de nuestra fe, que en él no se contenían explícitamente todas las verdades religiosas, porque son muchas, pero sí implícitamente, es decir, encerradas o contenidas dentro de algún artículo del Credo.
Al decir: “Creo en Jesucristo, su único Hijo”, etcétera, implícitamente decimos: “Creo todo lo que Él ha revelado, creo que todo lo que Él ha dicho (el Santo Evangelio) es verdad”.

Al decir: “Creo en el Espíritu Santo”, entendemos decir: “Creo todo lo que el Espíritu Santo, que es Dios infalible como el Padre y el Hijo, ha revelado a los hombres en el Antiguo y en el Nuevo Testamento; pues como dice el Símbolo Niceno, “el Espíritu Santo habló por boca de los Profetas”.

Al decir: “Creo en la Santa Iglesia Católica”, entendemos decir: “Creo todo lo que la Iglesia, depositaria de la fe, me enseña en nombre de Dios”.

La revelación hecha por Dios a los hombres está contenida en la Sagrada Escritura (la Biblia) y en la divina tradición. De ellas damos una breve explicación.
--
La Biblia y la Tradición divina.

Todas las verdades de la religión cristina están contenidas en la Biblia y en la Tradición divina.

La Biblia o Sagrada Escritura, es la palabra de Dios escrita.
Los libros de la Biblia son 72.

El Espíritu Santo inspiró a los hombres que la escribieron.
La Biblia se divide en Antiguo y Nuevo Testamento.

El Antiguo Testamento comprende 45 libros, escritos antes de la venida de N. S. Jesucristo.

El Nuevo Testamento comprende 27 libros, escritos después dela venida de N. S. Jesucristo.

Tradición divina es la Palabra de Dios no escrita en la Biblia.
La religión primitiva pasó de padres a hijos por la Tradición divina.
La Sagrada Escritura no dice qué libros han sido inspirados por Dios; sabemos cuáles son éstos por la Tradición divina. [supongo que dice que de todos los libros que hay en la tierra los que con seguridad fueron inspirados por Dios están en la Biblia].

Por esta razón es tan importante la Tradición divina como la misma Sagrada Escritura.

Jesucristo no escribió libro alguno ni mandó a los Apóstoles escribir, sino predicar el Evangelio a toda criatura y así lo practicaron.

Los Evangelios y demás libros del Nuevo Testamento fueron escritos algunos años después que Jesucristo subió a los Cielos, cuando los Apóstoles habían ya predicado el Evangelio en muchas partes.

La depositaria de la Tradición divina es la Iglesia de Jesucristo.
La Tradición divina y la autoridad de la Iglesia son necesarias para saber qué libros forman la Sagrada Escritura y cómo se deben interpretar.

Sólo se pueden leer las biblias aprobadas por la Santa Iglesia, las cuales van acompañadas de las correspondientes notas aclaratorias del texto.

Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.
ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO