Pecados opuestos al primer mandamiento

21 May

PECADOS OPUESTOS AL PRIMER MANDAMIENTO

Lección 12 de La Moral Católica, Editorial Luis Vives, 1954

[Mis comentarios en [ ]. ]

131. Pecados contra el primer mandamiento.- Son infracciones a este mandamiento los pecados contra la fe, contra la esperanza, contra la caridad para con Dios y contra la virtud de religión.

Este aspecto negativo del primer mandamiento está expresado con las palabras: No tendrás otro Dios, más que a Mí. (Éx., XX, 3).

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En la práctica, los buenos cristianos, es decir, los que viven piadosamente, satisfacen con facilidad a los preceptos de la fe, de la esperanza y de la caridad, por el mero hecho de observar los demás mandamientos.

132. Pecados contra la fe: Infidelidad.- Son esencialmente contrarios a la fe: la infidelidad, la herejía y la apostasía.

Infidelidad es la carencia de fe en los no bautizados, ya porque nunca han tenido noticia de ella (infidelidad material), ya porque no la abrazaron a pesar de conocerla (infidelidad formal). Los primeros no son reos de pecado de infidelidad; los segundos pecan mortalmente, porque conociendo la fe tienen obligación de abrazarla. Los hay también que la perdieron después de haberla poseído, y éstos son tanto más responsables cuanto mayor fue su negligencia en conservarla.

Son infieles los paganos, los judíos, los musulmanes, los deístas, los ateos, los panteístas (que creen en varias divinidades) y los racionalistas (por ej. la cienciología, los gnósticos, etc.).

[Se les dice infieles y sabemos que pecan mortalmente, pero no podemos decirles: condenados, porque nosotros no podemos juzgar ni condenar. Sí tenemos que decirles a ellos, como a cualquier persona que viva en pecado mortal (divorciados vueltos a casar, homosexuales, drogadictos, borrachos, los que tienen sexo sin estar casados o fuera del matrimonio…) que están viviendo en un pecado mortal y que si no se arrepienten, van a terminar en el infierno, que es dolor insoportable el resto de la eternidad. Los legítimos obispos y el Papa, son los que tienen poder para excomulgar a herejes y escandalosos, y deben usar ese poder todo el tiempo para mantener la Tradición de la Iglesia. Lo que se puede hacer para ayudar a convertir a los que están viviendo en pecado mortal, es que hablarles claro y tenemos que hacerlo de la manera más efectiva y suave (o agradable) que podamos para convencerlos de que lo mejor para ellos, lo que más bien, alegría y paz les va a dar, es dejar la vida de pecado y servir al Dios Verdadero: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Si no se convierten enseguida, se sigue rezando por ellos pero los debemos tener lejos de nuestras vidas ya que una manzana podrida pudre a la otra.

Por otra parte, Nuestra Sra. de las Rosas está siempre en los terrenos sagrados de Long Island, esperando a todos los que van, para curarlos a todos de sus enfermedades espirituales, y cuando fuere preciso también de sus males físicos . Nos tenemos que esforzar muchísimo en convertir a nuestros amados, eso es prioridad, y también rezar por el clero.]

133. Herejía.- Es el error voluntario y pertinaz de un cristiano contra la verdadera fe.

Condiciones necesarias para el pecado de herejía son la voluntariedad y la pertinacia. Por lo tanto no sería hereje el que negara un dogma por ignorancia, o estuviera dispuesto a rectificar una vez conocido su yerro, o descubriera su error en confesión.

La herejía puede ser interior o exterior, o ambas cosas a la vez. La herejía formal o verdadera es la interior, débense guardar también las Constituciones y Decretos con que la Santa Sede prohíbe las opiniones depravadas.

Entre las herejías modernas hay que tener en cuenta el Liberalismo doctrinal, condenado por Pío IX.

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Hereje formal sería también quien dudase positivamente, es decir, con asentimiento, verdades reveladas por Dios y propuestas por la Iglesia como objeto de fe. Quien fluctúa en una tentación contra la fe, sin suspender su asentimiento, puede no pecar, o pecar levemente por no poner la debida resistencia.

134.- APOSTASÍA.- Es la renuncia total a la fe católica recibida en el Bautismo. Es siempre pecado grave, porque implica desprecio grave de Dios. No hace falta adherirse a ninguna secta, basta profesar el librepensamiento, el indiferentismo, etc. [Nota: presidir o participar de una ceremonia de culto pagano, como hizo Bergoglio en 2019, es despreciar la fe desde su base]. Causa de gran tristeza es para la Iglesia la defección de algunos hijos suyos que, por cobardía, la abandonan en tiempos de persecución.

135.- OTROS PECADOS CONTRA LA FE.- Pecan contra la fe:

1. Los indiferentes que viven prácticamente sin preocuparse por las cosas de la religión, como si no fuesen cristianos, aunque lo sean de nombre.

2. Los bautizados que dudan voluntariamente de alguna verdad revelada. [Nota: ej. al afirmar que todas las religiones conducen a Dios.]

3. Los cobardes que, por respeto humano, se avergüenzan de aparecer como católicos.

4. Los que voluntariamente se exponen al peligro de perder la fe, ya con malas lecturas, o malas compañías, etc.

5. Los que entran en sociedades secretas e impías; v.gr.: los masones. Todas esas sectas están condenadas de un modo especial en el SYLLABUS de Pío IX, publicado en 1864. Todos los adeptos de la masonería, por el sólo hecho de dar su nombre a ella, incurren IPSO FACTO en la pena de excomunión reservada a la Santa Sede (Can. 2.335).

136. Pecados contra la esperanza.- Dos extremos opuestos se oponen a la esperanza: uno es la presunción, por exceso, y otro es la desesperación, por defecto.

PRESUNCIÓN es la confianza excesiva y temeraria de alcanzar la salvación, por las propias fuerzas, sin la gracia de Dios, como pretendía el pelagianismo; o de conseguirla con la fe sola, sin las buenas obras personales, como dicen los protestantes.

Peca, pues, por presunción el que espera conseguir el cielo por otros medios que los ordenados por Dios, que son: fe, gracia y méritos personales adquiridos con las buenas obras. Dios promete la vida eterna al que guarda sus mandamientos, pero no al que no hace nada, confiado en su divina misericordia.

El mejor remedio contra la presunción es la lectura del Evangelio. En efecto: reiteradamente condena el Señor en varias parábolas y pasajes evangélicos la confianza temeraria: ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosta la senda que lleva a la vida, y cuán pocos los que dan con ellas! (Mat. VII, 14)

DESESPERACIÓN es una voluntaria desconfianza de salvarse. Viene a ser una renuncia voluntaria y obstinada a la esperanza de conseguir la salvación. Es una impenitencia final, castigo de Dios por ciertos pecados abominables. Es pecado gravísimo contra el Espíritu Santo. Esto no obstante, a veces, por imperfección de acto, el pecado puede ser sólo venial. -- Ejemplos de desesperación: Caín, Judas Iscariote.

137. Pecados contra la caridad.- Por lo que a Dios se refiere, son pecados contra la caridad: el odio, el olvido y la indiferencia.

El odio contra Dios, propio de los espíritus infernales, es el más grave de todos los pecados. A tan espantoso extremo de maldad puede llegar el hombre que se entrega a todos los vicios.

El olvido de Dios se manifiesta en la omisión voluntaria de los deberes religiosos y en la frialdad por las cosas divinas. No es tan grave este pecado como el anterior, pero lleva a él y es fuente de muchos otros, como quejas airadas y blasfemias contra Dios.

Los indiferentes para con Dios fácilmente se olvidan de Él y de sus deberes religiosos, y miran con desprecio las cosas sagradas.

También pecan contra la caridad para con Dios, los que prefieren las criaturas a Dios, y los que no se conforman con su divina voluntad, o se quejan de su Providencia.

138. Pecados contra la virtud de religión.- De dos maneras se puede pecar contra la virtud de religión: por exceso, o imperfección, en cuanto se da culto divino a lo que no debe darse o de la manera que no debe darse; y por defecto, o irreligiosidad.

Llámanse todos ellos pecados de irreligión por oponerse especialmente a la virtud de religión, aunque también sean contrarios a la fe, a la esperanza y a la caridad.

139. La superstición y sus clases.- Superstición es toda creencia religiosa extraña a la fe y contraria a la razón: es cualquier devoción opuesta a la enseñanza y uso de la Iglesia.

Hay dos clases de superstición:

1º Una viciosa en la sustancia, por tributar culto indebido a las criaturas, o atribuir a una acción u objeto una virtud que no tiene.
Este grupo comprende la idolatría, la vana observancia, la adivinación, la magia y el maleficio.

2º Otra clase de superstición es viciosa en el modo de dar culto al verdadero Dios, por ser inadecuado, falso, torpe o vano, es decir, diferente del que la Iglesia ha establecido, como sería practicar el culto judaico, creer en falsos milagros, tener prácticas de devoción ridículas y absurdas.

La superstición es antiquísima. Conociose en tiempos muy pretéritos bajo distintas formas: magos, hechiceros, augures [ahora se hacen llamar “videntes naturales”], pitonisas y otras invenciones de la misma ralea. Desgraciadamente, aún sigue muy extendida y multiforme; es efecto de la irreligiosidad e ignorancia, y muchas veces interviene el demonio en sus prácticas [hay muchos casos conocidos de gente que jugó con el tablero de la uija, el juego de la copa, y su familia tuvo que llevarlos a un sacerdote exorcista y realmente les habían entrado demonios]. Es necedad y mentira [el diablo es el padre de la mentira, y la mentira hace daño, además el alma queda en oscuridad y el demonio busca la oscuridad para entrar donde la haya]; con frecuencia es una forma de estafa o robo, que lleva al crimen y causa muchas desgracias.

140. Idolatría.- Es la latría, o adoración, de ídolos o falsos dioses. Consiste, por lo tanto, en dar a criaturas el culto debido sólo a Dios. En este pecado cayeron, por ejemplo, los hebreos, al pie del Sinaí, mientras Moisés intimaba [extractado de acepciones de la RAE: tener muy estrecha amistad, de gran confianza, la palabra lógica a usar aquí hubiera sido: hablaba] con Dios en el monte y recibía las tablas de la Ley.

Hasta el advenimiento de Jesucristo, la mayor parte de los hombres eran idólatras y aún hoy día hay centenares de millones, especialmente en Asia y África. --

En el fondo de su vida, sin embargo, no es difícil apreciar que hay una deidad que les merece especial preferencia y los máximos honores. Por donde el monoteísmo se reconoce implícitamente al menos, en medio de tan enormes aberraciones idolátricas. Hase observado también, entre algunas tribus de África que, cuanto más primitivas son, más clara tienen la idea monoteísta.

141. La vana observancia.- Es el empleo de medios no aptos para el fin que se intenta conseguir; por ejemplo, atribuir a determinadas criaturas un poder divino, o a ciertas prácticas y falsas devociones un efecto o significado que ni Dios ni la Iglesia les han atribuído; conseguir un efecto corriente, como la salud y el éxito [cruzar los dedos, empezar con el pie derecho, tocar madera, creencias propias de descerebrados cuyo padre el demonio les comió el cerebro, como así dice San Francisco de Asís, espiritualmente hablando, de los que han caído en traición a Dios]; creer que los martes y viernes son días aciagos [los muy supersticiosos pensarán así porque en esos días se rezan los misterios dolorosos del Rosario], así como el número 13.

142. La adivinación.- Consiste en investigar cosas ocultas por medios desproporcionados y, a veces, hasta por mido del demonio. Hay varios géneros de adivinación: llámase astrología judiciaria la que se funda en la posición y fases de los astros para formular sus aseveraciones; agüero si la investigación se basa en el canto de las aves; auspicio, si se hace por el vuelo de las mismas; sortilegio, si por medio de las suertes; nigromancia, si invocando a los muertos; quiromancia, si observando las rayas de las manos; oniromancia, si valiéndose de los sueños; metoposcopia, si se hace adivinando por los rasgos de la cara, etc.

Todas estas especies de adivinación son pecado, severamente prohibidas por Dios en el Antiguo Testamento (Véase el Deuteronomio, XVIII, 9-14). Sin embargo, si proceden de la ignorancia religiosa o de simplicidad, no llegan a pecado mortal.

La adivinación es buena y permitida cuando es fruto de la sagacidad del ingenio; ejemplos típicos se dan, a veces, en los juicios. Salomón descubrió a la verdadera madre del niño vivo en litigio, al dar la orden de dividirlo en dos partes. El profeta Daniel demostró la inocencia de la casta Susana, preguntando por separado a los dos viejos bajo qué árbol la habían visto pecar. Por medio de artimañas de agudo ingenio, descubren algunos jueces a ladrones o culpables.

[Adivinación tiene dos significados en el diccionario de la Real Academia Española, en el párrafo anterior seguro que están hablando de la segunda acepción: descubrir por conjeturas (juicio que se forma de algo por indicios u observaciones) algo oculto o ignorado. No podemos juzgar por conjeturas. Acá esos indicios u observaciones (conjeturas) les llevan a lograr las pruebas que sí son las válidas. Examinen los mensajes de Nuestra Señora de las Rosas, María Auxilio de las madres.

La primera acepción de adivinación es la que está totalmente prohibida:

Predecir lo futuro o descubrir lo oculto, por medio de agüeros o sortilegios. Es un horror que las palabras tengan significados parecidos que lleven a engaño si la oímos sin aclaraciones. Obviamente es obra del maligno y sus ogros, brujas, hijos, etc. En el A.T. dice “¿puede salir de la misma fuente agua dulce y salada?” Ahí hablan de que de la misma boca no puede salir bendición y maldición (que no maldigamos). Dios sí puede maldecir como Justo Juez que es y que administra justicia perfecta porque sabe todo. Y pienso que se aplica lo de la fuente también a las palabras que usamos, no puede una palabra ser tener buen significado (de bendición porque a Dios le gusta que aprendamos ciencia), o un significado de maldición (la adivinación en su primera acepción)].

143. Magia.- Magia es el arte de conseguir, por medios ocultos, algún efecto maravilloso que supera o parece superar las fuerzas humanas. Cuando las supera necesariamente tiene que haber intervención del demonio. No hay que confundir la magia con la prestidigitación, que consiste en juegos de manos hechos con habilidad o destreza, o en hacer cosas maravillosas con medios naturales.

El acto mágico encaminado a dañar al prójimo se llama maleficio. Es violación de la caridad y de la justicia.

144. Hipnotismo.- Alguna relación con la superstición tienen el hipnotismo y el espiritismo.

Hipnotismo es el arte de producir en una persona un estado letárgico, llamado hipnosis, semejante al sueño, durante el cual se producen otros fenómenos especiales relacionados con la hipnosis.

De suyo el hipnotismo es ilícito por los enormes abusos a que se presta. Sin embargo, ocasiones hay en que el uso hipnótico queda legitimado; por ejemplo, en el proceso curativo, por sugestión, de ciertos estados patológicos, si lo abonan motivos graves y se conjura previamente todo amago de abuso.

[Nunca supe de pruebas ciertas de que exista el hipnotismo real, médico, fundado. Sólo me parece que, si un incauto se pone en manos de un estafador (que puede ser cualquiera o un médico) y es lo suficientemente ingenuo para seguirle la corriente, el otro lo convencería de que siente y piensa y recuerda lo que no siente, ni piensa, ni recuerda. Para eso hay actores que se prestan a hacer algunas “demostraciones” que la gente sencilla llega a pensar que son ciertas. María Concepción Gonzalez, cuando la quisieron separar de las Apariciones de la Virgen de Garabandal, la llevaron a la ciudad y el médico que le pusieron para observarla (juzgarla) le dijo algo así como “ponte tiesa que te voy a hipnotizar”, esa bendita niña se echó a reír. Maravillosa respuesta para esa situación. Obvio que el individuo vio que no estaban las condiciones dadas y no se atrevió a continuar.]

145. Espiritismo.- Es el arte de comunicarse con los malos espíritus o con los difuntos, para conocer por medio de ellos las cosas ocultas.

El espiritismo es intrínsecamente malo: en parte es obra del demonio, pero se vale principalmente del engaño. Muchas veces acuden los espiritistas a medios reprobables de pura habilidad para engañar a los ignorantes o incautos, e infiltrarles doctrinas anticristianas. (1) (1) El espiritismo tuvo su origen en 1846 del modo siguiente: en la casa habitada por una familia de Hydesville, ciudad de Nueva York, oíanse, de cuando en cuando, golpes en las paredes y pavimento. Movíanse los muebles de sus sitios, y las mesas y sillas oscilaban. Pensando que, tal vez, sería aquella obra de un difunto de la casa, la madre tuvo un día la ocurrencia de decir: “Si eres un espíritu, da dos golpes”, y se oyeron dos golpes. –“¿Has tenido muerte violenta?” –Otros dos golpes. –“¿En esta casa?” –Otros dos golpes. –“¿Vive el asesino?” –Otros dos golpes.
La hija menor, Catalina, riéndose de su hermana Margarita, preguntó: “¿Eres hombre?” –No se oyó nada. –“¿Eres espíritu?” –Repitiéronse los golpes. Más tarde las dos hermanas descubrieron el engaño; eran ellas mismas que daban esos golpes con los dedos de los pies.
Por entonces vivía con ellas una sobrina suya de 15 años, llamada Isabel, a la que Catalina y Margarita propinaban, días después, buenos sustos con sus martingalas. Con un hilo fio ataban manzanas y las hacían correr por el suelo, tirando ellas del hilo, sin que Isabel lo advirtiese. Hacían chasquidos con los dedos de las manos y mandaban a las manzanas que hiciesen otro tanto. Estando acostadas apoyaban los pies en las tablas de la cama; ésta hacía de caja de resonancia y aumentaba el ruido producido por los dedos de los pies.
Pero Isabel llegó a descubrir la trampa; habló de ello a su madre, hermana de Margarita y Catalina y, viendo ella en eso un modus vivendi, se propuso explotar la credulidad de sus vecinos. Llevose a Rochester, donde vivía, a las 3 muchachas, y púsolas a dar sesiones de supuesto espiritismo, que le dieron pingües ganancias.
El espiritismo comenzó a llamar mucho la atención sobre todo desde 1862.

Está prohibida la lectura de libros que traten e esta materia, y la asistencia a las reuniones o sesiones de los espiritistas. Así lo declaró, en 1917, la Sagrada Congregación del Santo Oficio.

Que en las prácticas de espiritismo haya mucho engaño, se ha comprobado repetidas veces.

1. Napoleón III, instado por su esposa, asistió en Biarritz a una de las famosas sesiones de espiritismo que allí daba Daniel Home Douglas Con mucho misterio anunció el “medio” al emperador que, si alargaba la mano por debajo de la mesa, podría estrechar la de su madre Hortensia, fallecida muchos años antes. Asióse Napoleón tan fuertemente a la que simulaba ser una mano de ultratumba que no quiso soltarla hasta que, encendidas las luces, se descubrió el engaño; y resultó que la famosa mano era el pie desnudo del medio (2). Esto bastó para que el Emperador diese orden a los espiritistas de pasar inmediatamente la frontera.

(2) Medio o médium, persona especializada en espiritismo.

[Nota: en español, la palabra médium significa eso que dice en el párrafo anterior. Pero en inglés “medium” tiene muchos otros significados aparte de ése. Por ejemplo, significa “medio para lograr algo”, o “medio a través del cual expresarse” y esa última acepción es la que usa Nuestra Sra. de las Rosas para definir a los sacerdotes, dice que son “mediums” (en inglés). Nuestra Sra. de las Rosas vino como Mediadora entre Dios y el hombre. Jesucristo, como eterno Sumo Sacerdote que es, es mediador entre Dios y el hombre, pero como es Justo Juez va a descargar su puño sobre una generación desagradecida y adúltera y le dio la victoria de esta próxima batalla a la Santísima Virgen, quien, junto con los que le sean fieles hijos, va a aplastar la cabeza de la serpiente. La batalla está ganada aunque muchos se pongan en contra y por lo tanto pierdan. ]

2. El célebre espiritista polaco Guzik consintió en dejarse inspeccionar científicamente en el laboratorio de Biología Experimental de la Sorbona, ante personajes muy ilustres de la Facultad de Ciencias de París y del Colegio de Francia. Pronto fueron descubiertas las trampas del espiritista, pues en cuanto sujetaron las piernas del “medio”, que siempre actuaba en la oscuridad, ni las sillas se movían, ni la papelera daba vueltas por el aire, ni los espectadores percibían en la espalda o en otra parte del cuerpo aquellos golpes que antes los impresionaran.
Después de seis semanas de observación publicaron dichos sabios una Memoria oficial en la que hacían constar las trampas y trucos de que se valían Guzik y su “medio”, y quedó al descubierto su impostura.

3. En 1881, el famoso americano Bastián, fue hábilmente sorprendido en Viena, ante miembros de la familia imperial, de que él mismo ejercía el oficio de espíritu, descalzo y envuelto en una sábana. En esa forma fue objeto de la burla de los espectadores.

4. En Nueva York, en 1890, unos periodistas se concertaron para descubrir el engaño de una señora espiritista. Al efecto, llevaron escondidas lámparas eléctricas; en lo mejor del acto las encendieron e ipso facto fue descubierta la patraña: era dicha señora quien armaba el jaleo de los supuestos espíritus.

[Es extraño cómo esa gente de la mentira (hijos del padre de la mentira) tiene la cara dura o soberbia de los descerebrados (cuando entra el demonio en una persona, lo primero que hace es comerle el cerebro, espiritualmente hablando, nos cuenta San Francisco de Asís en sus admoniciones), ellos piensan que le van a ganar a reyes con buena formación, a científicos y a periodistas que están entrenados para investigar. Satanás parece tener ludopatía, esos que siempre apuestan creyendo que van a “quebrar la banca” y pierden todo lo que tienen. El demonio es el eterno derrotado, pero no quiere enterarse. Y parece que insistiera con sus métodos una y otra vez. Es de notar que por esos años cercanos a 1881 empezaron a debilitarse y caer las monarquías, en 1859 Darwin publicó su invento sin pies ni cabeza, anticientífico porque no hay prueba alguna, al contrario, de la evolución, hasta hace poco expulsaron de una universidad en USA a un alumno que dijo que un hombre XY siempre será hombre porque lo dicen todos sus genes, no le dejaron hablar con rigor científico y en estos tiempos los grandes medios de prensa están controlados. Es como que el demonio con sus ordas de esclavos va orquestando la caída de todo lo que le puede hacer frente. Les habrá convencido de que acabando con los reyes, a quienes sí les importaba su reino, iban a tener poder con el “gobierno del pueblo” y ahora se ve claramente cómo, desde 2017 aprox. las elecciones en Argentina, España y USA son fraudulentas y los políticos en todo el mundo son títeres de los planificadores de un solo mundo, y los reyes han sido cambiados por clones. Pero todavía hay gente que cuando explota contra los dictadores pseudo democráticos dice “ya nos veremos en las urnas”… vuelta los medios ludópatas que no sirven. Los que confían en el mundo van al infierno, los que quieran ser Iglesia, no serán derrotados. Toda carne muere, los que ha seguido al que esparce muerte, mentira y dolor, terminan en el infierno, pero los de Dios llegan a la Patria Celestial.

La gente cae porque no está unida a Cristo, porque no le obedece sinceramente, lean (Jn 14,21). Con Cristo lo podemos todo, amándole, siéndole fieles, obedeciéndolo. La Iglesia no será destruída. Y si quieren una prueba, ya en el AT dice “el justo desaparece y a nadie parece importarle”, pero hubo los justos necesarios para recibir a Jesucristo, y Su Palabra es eterna, completamente verdadera, lean Mt. 16, 18. Y en los últimos tiempos, satanás seguirá con su cara dura soberbia. Lean el punto 33 de la profecía de Nuestra Sra. de la Salette.]

5. Hay prestidigitadores que han reproducido, por medio de maravillosos juegos de manos, muchos de los fenómenos de los espiritistas, para demostrar al público la impostura de los que se dedican a engañar a incautos e ignorantes. Figura entre ellos el P. Heredia S. J. --

146. Irreligiosidad y sus clases.- La irreligiosidad es una irreverencia especial hecha a Dios, o a personas y cosas consagradas a Él.
Sus especies principales son la impiedad, la tentación a Dios, el sacrilegio y la simonía.

La impiedad es el pecado de los que desprecian a Dios y a las personas o cosas sagradas, o que se burlan de la religión y de la Iglesia.

La impiedad, como toda irreligiosidad, es fruto de la ignorancia y de la inmoralidad Veamos un ejemplo. Moríase en Nantes un amigo del Doctor Guepín. Fue éste a visitarle y halló a la esposa del enfermo deshecha en lágrimas, la cual le dijo: “Señor Doctor, mi marido va a morir como un réprobo, y usted tiene la culpa. –“Ciertamente, repuso Guepín, que los dos hemos hablado mal contra la Religión, pero no es ahora tiempo de recordarlo. Déjelo usted de mi cuenta”.

Entró en la alcoba y dijo al enfermo: “Amigo, eso no va bien, debes dejar arreglados tus asuntos”. –“Lo he dejado ya todo en orden a mi mujer y a mis hijos”. –“No hablo de eso. Creo que debes confesarte”. –“¿Cómo?, ¿Y después que hemos hablado tanto contra la confesión y contra la Religión?”. –“Sí, hemos hablado, pero no hemos probado nada cierto en contra; y ¿si nos hemos equivocado?” –“Es verdad, dijo el enfermo, antes insensible a las súplicas de su esposa; no quiero exponerme a un eterno remordimiento. Llama de mi parte al cura de San Nicolás”. Y después de reconciliarse, murió cristianamente.

Decía el célebre Padre Lacordaire en una de sus conferencias de París: “A los veinte años se cree que la Religión es falsa; a los cuarenta se comienza a sospechar que puede ser verdadera; a los cincuenta hay deseos de que lo sea; a los sesenta no queda ya la menor duda de que lo es.
La luz anda al mismo paso que la vida; y la muerte, desengañándonos de todo, acaba esta revelación continua, que había empezado para nosotros en los labios de nuestras madres.
El niño y la mujer son la vanguardia de Dios, el hombre maduro es su apóstol y su mártir; vosotros, jóvenes, no sois sino los tránsfugas de un día”…

[Acá vemos cómo ha aumentado la maldad con el tiempo. Antes la buena ciencia nos decía que no podíamos fundarnos en algo sin pruebas (Lean en los Mensajes de Nuestra Sra. de las Rosas acerca del manantial milagroso curativo que va a surgir en Bayside). En el caso del enfermo en Nantes arriba citado, el individuo se salvó por la sensatez que da la buena ciencia. Y en lo que dice el P. Lacordaire, ahora no se tiene tiempo de esperar a la bendita crisis que suele venir al cumplir los 40 para valorar lo que es realmente importante en la vida. Y los que llegan a esa edad están tan ocupados viendo TV, y la sociedad les da tantos medios para olvidarse de la crisis y simular que tienen 20, que no se enteran de nada. En algún momento la sociedad va a imponer el suicidio. Como se suicidan la mayoría de los transgénero a los 34, al darse cuenta que con sus caminos de muerte de cirugías y hormonas ni encontraron la felicidad ni arreglaron sus problemas psicológicos. En los años 80 contaban en la clase de Biología que los lemmings (unos roedores) se suicidaban en masa cuando había sobrepoblación, y hay algún infiltrado haciéndose pasar por sacerdote que propone tener la ley de la Naturaleza (esto fue escrito a ppios de 2021, ahora todos esos están excomulgados). En los ’80 se aprobó el aborto en España. Pues sabemos que el “suicidio de los lemmings” es falso. Lo inventó Disney (cuando no, que tiene al pato y sus 3 sobrinos hablando como cuando un niño tienen la voz agotada por gritar cuando lo ataca un pervertido). Ahora las mujeres trabajan fuera y no son las guardianas de las almas de su familia como debieran ser, peor, la TV los adoctrina y todos en la mayoría de las casas se guían por esa caja del demonio, ahora casi todos son “parejas”, y encima el demonio y sus secuaces (Soros, Google, etc.) quieren aniquilar la familia, la tradicional, la única que es familia].

Decía el escritor La Harpe a ciertos impíos: “Soy cristiano porque vosotros no lo sois. Una Religión que tiene por enemigos mortales a los mayores enemigos de la moral, de la virtud y de la humanidad es necesariamente amiga de la moral, de la virtud y de la humanidad, y, por lo tanto, es buena”.

147. Tentación a Dios.- Tentar a Dios es poner a prueba alguno de sus atributos, especialmente su poder, su sabiduría y su bondad. Puede hacerse de palabra o de obra; preguntando o ejecutando; abiertamente, como cuando en el pináculo del Templo dijo el demonio a Jesucristo: Si eres Hijo de Dios, échate de aquí abajo (Mat., IV, 6); o solapadamente, como cuando los herodianos preguntaron al Señor: ¿Es lícito pagar al César o no? (Mat., XXII, 17).

La malicia de esta tentación está en que se nieguen o pongan en duda las divinas perfecciones, en cuyo caso es siempre pecado mortal.

Tienta a Dios gravemente el que, sin justa causa, se expone a peligro de vida, y pecaría levemente el que, en enfermedad, rehusara los remedios esperando de Dios la salud. Pero no es tentar a Dios pedir la salud para sí o para otro, cuando los remedios humanos son ineficaces; como tampoco pedir un milagro cuando haya gran necesidad o gran utilidad.

Muchas expresiones corrientes son fórmulas y maneras e tentar a Dios: “¿No dicen que Dios es infinitamente bueno?, pues que me cure”, “Dios es demasiado bueno para que me condene”. “Como Dios es tan bueno, aunque yo peque, me perdonará”.

148. Sacrilegio.- Es la profanación de persona, cosa o lugar sagrado. Según el caso, el sacrilegio es personal, real o local.

Son personas sagradas todas las que se destinan al culto divino, desde que reciben la tonsura [se rapaban la cabeza en la parte superior como si estuvieran pelados, es decir: viejos, excelente paso, ya que “nuestras acciones modelan nuestra mente y nuestra mente modela nuestras acciones”] y los órdenes sagrados [desde el principio de este párrafo hasta acá, sólo pueden serlo hombres XY]; y las que se consagran a Dios por los votos religiosos [en este último caso se incluyen las monjas].

Son cosas sagradas las que se usan en el culto divino, como los sacramentos; los vasos, vestiduras y ornamentos sagrados; las reliquias e imágenes de los Santos, etc.; pero no lo que se relaciona remotamente con el sagrado ministerio: vinajeras, floreros, tapices, etc., que no están bendecidos.

Son lugares sagrados aquellos que, en virtud de la consagración o bendición prescritas a este fin por la Iglesia, están destinados al culto divino, o a la sepultura de los fieles, como las iglesias, los cementerios (Can. 1154).

Todos cuanto se consagra a Dios o a su culto se eleva sobre su condición ordinaria y se reviste de una santidad especial: la reverencia que nos merecen va ordenada al mismo Dios. Jesucristo, tan bueno y tan manso, nos dio ejemplo de la reverencia que hemos de tener en las Iglesias, cuando, armándose de cordeles, a latigazos echó del Templo a los mercaderes, diciendo: Mi casa es casa de oración, y vosotros la habéis convertido en cueva de ladrones (Mat., XXI, 12-13).

[Ya podríamos empezar a reparar el horror de decir a los Templos Católicos “iglesia” con minúscula y a la reunión de fieles “Iglesia” con mayúscula. ¿Qué hace sagrada a la Iglesia? la presencia de Jesús en el Sagrario de la iglesia, los Sacramentos que se reciben en la iglesia. Y alguien preguntaría ¿qué es más importante, la iglesia o la Iglesia? –Una Iglesia que ningunea la iglesia no anda bien. Hay que elegir una buena palabra en mayúsculas para designar la iglesia.]

El sacrilegio es en sí pecado grave, a menos que falte cantidad o conocimiento de la cosa. La gravedad del sacrilegio varía según la santidad de los objetos, siguiendo este orden: La Santísima Eucaristía, los demás Sacramentos, los vasos sagrados, las reliquias e imágenes de los Santos, las vestiduras sagradas y ornamentos, y los bienes destinados al sustento del culto y de los sacerdotes. [Como es un crimen contra Dios, la falta de cantidad o no, debería ser irrelevante]. -- Un caso.- Sacrilegio de deseo.- [lo digo con mis propias palabras: si alguien se permite tener deseos de robar algo sagrado, santo, dedicado al culto, etc.,] comete un sacrilegio de deseo; así pues, cuando se confiese, no bastará que se acuse del deseo de robar, tendrá que declarar la circunstancia agravante de algo sagrado, y bueno es que añada el lugar, por ser sagrado.

149. Simonía.- Es la compra o venta de algo espiritual, hecha con deliberada voluntad, a cambio de dinero u otro bien temporal; o también la compra o venta de algo temporal anejo a lo espiritual, de tal manera que los temporal no pueda existir si lo espiritual, como un beneficio eclesiástico, una canonjía.

La simonía toma su nombre de Simón el Mago, que pretendió comprar a San Pedro, con dinero, los dones del Espíritu Santo (Hechos, VIII, 4-24).
¿Es simonía dar dinero cuando se manda decir una Misa? No; porque no es la Misa lo que se paga, sino que se da un estipendio o limosna para sostenimiento del celebrante, pues, como decía San Pablo a los corintios: Justo es que el ministro participe del altar (1ª Cor., IX, 13).

[En los sacrificios del Altar del AT no se incluía dinero para que algún ministro participara. Es una atrocidad que la gente, por no exigirse el diezmo que Dios mandó, da moneditas en la colecta de los domingos y por esas dos cosas, en 2019 en una diócesis de Barcelona se pedía 10 euros (con eso se compra algo más de 10 litros de leche) por nombrar un difunto en una Misa “porque con lo poco que la gente daba, no se llegaba con los gastos” ¡¡¡A lo que se llegó!!! Lean Mt., 10,8, ahí se ejercía el poder de hacer milagros, y mucho más es el Santísimo Milagro de la Eucaristía.

Así también ordenó el Señor a los que anuncian el Evangelio vivir del Evangelio. Mas yo no me he prevalido de nada de eso. Y no os escribí esto con el intento de que así se haga conmigo, que mejor me fuera antes morir que… -mi gloria nadie me la anulará-“. (1ª Corintios IX 14-15).

Cuando dice que el Señor ordenó a los que anuncian el Evangelio, vivir del Evangelio, leer Luc., 10, 7, Eso es que primero deben hacer obra apostólica, misionera de verdad, y el salario es muy simple como ven.

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