Las primeras herejías
Capítulo 6 de HISTORIA ECLESIÁSTICA. Ed. Luis Vives (falta fotografiar la última página, abajo de las fotos transcribo casi todo para que sea más fácil para alguien traducirlo)
Vuelvo a publicar esto, que ya había puesto todas las fotos de los 4 libros de catequesis para secundaria de los años 40 en España. Desde los inicios, la Iglesia tuvo que luchar contra las tinieblas que se colaban. Como antes Dios suscitaba jueces, ahora ilumina a ciertos obispos... pero no nos unen en oración y sacrificio que es lo que pide Ntra. Señora de las Rosas. Si no hacemos sacrificio por nuestra cuenta... nos va a venir desde afuera. Conviértanse a Ntra. Sra. de las Rosas sinceramente.
Transcripción del capítulo 6 de Historia Eclesiástica (faltan los dos últimos puntos)
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HISTORIA ECLESIÁSTICA . Ed. Luis Vives
Lección 6. Las herejías
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59. Primera herejías.- Desde los primero tiempos del cristianismo tuvo la Iglesia que luchar contra grandes enemigos. No sólo fue perseguida sino que, además, halló mayores obstáculos en los errores y herejías de los hijos rebeldes.
La primera secta herética con quien tuvo que luchar fue la de los judaizantes o judío-cristianos que exigían, para salvarse, el cumplimiento de la Ley Mosaica, y llegaban a negar la existencia real del Cuerpo de Cristo. Fue condenada por San Pedro en el primer Concilio de Jerusalén, en el año 50.
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[todavía infestan la Iglesia, pero son una sociedad satánica secreta, que piensan que la Santa Eucaristía es como la ofrenda de pan que hacían en el Templo y por eso quieren comulgar con la mano, como son satánicos, ya tienen el cerebro carcomido y quieren hacer una religión a su medida, con mucho contenido de amor sensual humano, donde hasta los salmos los usan para recitales con música banal mundana, ej. Hakuna (que significa NO HAY. Para ellos NO HAY DIOS. Y sacaron lo de Hakuna de la canción Hakuna Matata, de la película del Rey León. Un recital de hace poco, en enero 2023, juntó 17.000 personas, vi un poco del video. Asquea]
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El gnosticismo era una mezcla de doctrinas cristianas y paganas. Los gnósticos sostenían que la materia es eterna; que había dos principios, uno del bien y otro del mal; que Dios y el Creador del mundo son dos seres distintos; que Jesucristo había padecido sólo en apariencia, porque no tenía cuerpo real, sino fantástico; que quien conoce los misterios está ya salvado, y muchos otros errores. Los gnósticos se dividieron en más de treinta sectas, de las que el maniqueísmo fue la principal.
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El montanismo fue fundado por el frigio Montano, que a mediados del siglo II empezó a predicar una doctrina extremadamente rigurosa y austera. La conducta de los montanistas era tan inmoral cuan rigurosa su doctrina. Fueron condenados por la Iglesia.
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60. Maniqueísmo.- Manes, nacido en Mesopotamia, a principios del siglo III, fundó una secta pagana llamada maniqueísmo, cuyo fundamento era la existencia de dos principios: el de la Luz o del bien, y el de las Tinieblas o del mal. Conforme a esta doctrina, cada criatura era buena o mala, según el principio que la dominase. Los maniqueos tenían organización religiosa especial y practicaban el culto secreto. A fines del siglo III el maniqueísmo fue combatido por la Iglesia.
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61. El arrianismo.- Esta herejía tomó el nombre de su fundador, Arrio, presbítero de Alejandría, hombre ambicioso, que por no haber conseguido la silla patriarcal de Alejandría, concibió tal despecho que se alzó contra la fe, negando la divinidad del Verbo, y empezó a predicar públicamente esta doctrina, afirmando que Jesucristo no es Dios, con lo cual echaba por tierra toda la religión cristiana [de los que lo siguieron]; a pesar de lo cual, Arrio logró atraerse muchos adeptos. [Son los mismos que los judaizantes, pero con otro nombre y que aún hoy infestan la Iglesia]
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Alejandro, patriarca de Alejandría, convocó un Concilio provincial en el año 320, al que acudieron cercad de 100 obispos; Arrio fue excomulgado y condenada su doctrina por herética. El heresiarca no aceptó la decisión del Concilio y continúo enseñando la herejía y ejerciendo el sagrado ministerio. Numerosos fieles de Asia y Siria abrazaron esta doctrina, que fue posteriormente origen de nuevos errores.
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62. Concilio de Nicea.- Viendo Constantino la perturbación que producía esta doctrina en el Oriente, promovió la reunión de un Concilio general que pusiera término a la herejía. Reuniéronse en Nicea, el año 325, unos 318 Obispos, presididos por los legados pontificios y por Osio, obispo de Córdoba.
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Esta asamblea examinó detenidamente la doctrina de Arrio y la condenó como opuesta a la creencia constante y universal de la Iglesia. Entre los impugnadores del error se distinguió San Atanasio, insigne campeón de la verdad católica. Osio redactó una profesión de fe, conocida en la Iglesia con el nombre de “Símbolo de Nicea”
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63. Macedonio: Concilio de Constantinopla (381).- A mediados del siglo IV surgieron de entre los arrianos nuevos herejes que negaron abiertamente la divinidad del Espíritu Santo.
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A la cabeza de todos ellos se puso Macedonio, del cual tomó el nombre la nueva herejía, y aunque admitía la divinidad del Verbo, enseñaba que el Espíritu Santo era una simple criatura inferior al Padre y al Hijo.
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San Atanasio defendió la doctrina católica contra los macedonianos. El año 381 se reunió un Concilio en Constantinopla (II ecuménico) y en él se condenó oficialmente esta doctrina, se confirmó el símbolo de Nicea y se le añadieron estas palabras: “Creo en el Espíritu Santo, Señor y vivificador que procede del Padre y del Hijo”.
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64. Nestorianismo: Concilio de Éfeso.- Los nestorianos reconocen como jefe de su herejía a Nestorio, patriarca de Constantinopla. Distinguen en Jesucristo dos personas: una divina, el Verbo y otra humana, Cristo. A este error añadían el de que María no era sino madre de Cristo y, por consiguiente, que no debía llamarse Madre de Dios.
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En el tercer Concilio general, en Éfeso, quedó definido que en Jesucristo no hay más que una persona divina y que María es y debe ser llamada Madre de Dios. [Una persona divina pero dos naturalezas: humana y divina, siendo la humana totalmente sujeta a la divina]
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Nestorio fue depuesto de su cargo y desterrado por el Emperador.
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Para procurar a los fieles un medio fácil de honrar la divina maternidad de María, la Iglesia añadió más tarde (siglo XVI), a la salutación angélica, las siguientes palabras: “Santa María Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte”.
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65. Eutiquianismo: Concilio de Calcedonia.- El error de Eutiques, superior de un monasterio de Constantinopla, era opuesto al de Nestorio. Sus sectarios no admitían en Jesucristo más que una naturaleza, pretendiendo que la naturaleza humana después de la Encarnación había sido absorbida por la divina.
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San Flaviano, patriarca de Constantinopla, procuró la retractación del autor de esta nueva herjía; pero, engrído éste con el número e influencia delos qfue se le habían adherido, se negó a ello obstinadamente.
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El Papa San León I Magno, de acuerdo con el Emperador, reunió en Calcedonia un concilio general. Comenzóse por la lectura de una carta en el el Soberano Pontífice combatía victoriosamente y condenaba de manera terminante aquella herejía. En su consecuencia, este Concilio dejó definido que en Jesucristo hay dos naturalezas distintas, unidas en una sola persona, que es la del Hijo de Dios.
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66. Padres de la Iglesia.- Para defender la fe amenazada por tantas herejías, Dios suscitó a varones insignes en ciencia y santidad que fueron el baluarte inexpugnable del Evangelio. Se les ha dado el nombre de Padres de la Iglesia.
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67. Padres de la Iglesia griega.- Los Padres griegos más importantes son:
1º San Atanasio, patriarca de Alejandría, fue durante cincuenta años la lumbrera de los concilios y el defensor de la fe, principalmente contra los arrianos, que le hicieron sufrir duras persecuciones y le desterraron 5 veces.
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2º San Basilio, arzobispo de Cesarea de Capadocia, impugnó el arrianismo, pero luchó principalmente contra el macedonianismo. Llevó durante unos años vida retirada y compuso para sus numerosos discípulos una regla que fue la base de la vida cenobítica en el oriente.
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3º San Gregorio Nacianceno, gran amigo de San Basilio, fue patriarca de Constantinopla, dignidad que dimitió por amor a la paz, y se retiró a Nacianzo, donde murió santamente el año 389.
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4º San Juan Crisóstomo, fue uan de las figuras más notables de la Iglesia en el siglo IV, por la santidad de vida y por su incomparable elocuencia. En 389 ocupó la silla patriarcal de Constantinople; como los tres anteriores, luchó contra los arrianos. Expulsado por la emperatriz Eudoxia, acabó sus días en las tierras del Ponto Euxino (407)
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5º San Cirilo de Alejandría (370-444). San Cirilo se distinguió principalmente en la defensa de la fe católica contra Nestorio. Informó sobre esta herejía al Papa, que le nombró legado suyo en el Concilio de Éfeso, celebrado en el año 431, donde se condenó la doctrina de Nestorio.
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6º San Gregorio Niseno (331-396) hermano de San Basilio y obispo de Nisa, defendió con tesón la doctrina católica frente a los arrianos, que le persiguieron con saña.
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68. Padres de la Iglesia latina.- Los Padres latinos más importantes son:
1º San Hilario (300-367), obispo de Poitiers, llamado el “Atanasio de Occidente”, por su firmeza en defender la fe contra los arrianos. Desterrado por el emperador Constancio al Asia Menor, durante seis años, siguió predicando la doctrina católica con el mismo valor y entereza que en su diócesis, siendo en todas partes el terror de los herejes.
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2º San Ambrosio (304-397), hijo de un prefecto de las Galias. Abrazó la carrera de la magistratura. En el año 372 fue nombrado gobernador de Milán y desempeñó el cargo con tal acierto y tanta virtud que dos años después el clero y el pueblo de la ciudad le aclamaron por obispo (1). Fue excelente orador, impugnador del arrianismo, consejero del papa S. Dámaso, Obispo ejemplar y escritor fecundo, de influencia transcendental sobre los acontecimientos de su época. La amistad que le unía con Teodosio o fue obstáculo para que le impusiera severa penitencia, a la que el emperador se sometió humildemente, dando ejemplo de obediencia a la autoridad eclesiástica.
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(1) El año 374, los partidos ortodoxo y arriano discutían vivamente sobre la elección del obispo de Milán. Un día, mientras el gobernador hablaba al pueblo para recomendarle la calma, un niño interrumpió el discurso gritando: “¡Ambrosio, obispo!”. El clero y el pueblo, como obedeciendo a una consigna superior, le proclamaron obispo en las mismas calles de la ciudad.
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3º San Jerónimo (346-420), natural de Dalmacia, es sobre todo célebre por la tradukcción dela sAgrada Escritura que realizó después de haber estudiado a fondo laBiblia y el hebreo en el desierto de Siria, donde llevaba una vida de gran austeridad y penitencia. Su versión, conocida con el nombre de Vulgata, es la Biblia oficial de la Iglesia [antes de que el CVII permitiera otras versiones aprobadas por obispos locales, recuerden no aceptar Biblias impresas después de 1964, como nos manda Nuestra Señora de las Rosas. También nos manda leer los escritos de los Padres Fundadores de la Iglesia]. Murió en Belén el año 420.
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4º San Agustín (354-430), obispo de Hipona (África), no buscó durante su juventud más que la gloria personal y diversiones mundanas, abrazando los errores del maniqueísmo. Después de su conversión, debida a las oraciones y lágrimas de su madre Santa Mónica y al celo de San Ambrosio, fue le principal impugnador del pelagianismo y alma eminentemente religiosa, abrasada por entero en el amor divino. Entre las 432 obras que escribió, destacan las Confesiones y la Ciudad de Dios.
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69. Osio y Prudencio.- En la Iglesia española sobresalen dos figuras de excepcional importancia: Osio y Prudencio.
Osio (256?-357) sufrió por la fe durante la persecución de Diocleciano, fue consejero del emperador Constantino y presidió el Concilio de Nicea como delegado del Papa. Constancio, hijo y sucesor de Constantino, favoreció el arrianismo y exigió de Osio la condenación del Obispo de Alejandría San Atanasio, pero ante su constante negativa le desterró a Sirmio, donde murió después de muchos padecimientos.
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Prudencio (348-405). Nació, según se cree, en Calahorra (algunos sostienen que su patria es Zaragoza) de familia noble; desempeñó el cargo de gobernador del imperio; más tarde abandonó sus dignidades para abrazar la vida ascética y retirada. Escribió las célebres obras Cathemerinon, o libro de las horas, compuesto de 12 himnos, y el Peristéphanon, o libro de 14 coronas, en el que canta maravillosamente el triunfo de los mártires de Cristo sobre los tiranos. Prudencio ocupa el primer puesto entre los poetas latinos de la Iglesia de Occidente. Los mártires cantados en sus hermosos y elegantes versos son casi todos españoles.
