OCTAVO MANDAMIENTO

18 Nov

OCTAVO MANDAMIENTO (No levantar falso testimonio ni mentir)

VERACIDAD, FIDELIDAD Y PECADOS OPUESTOS, LA MENTIRA

RELIGIÓN, 5TO CURSO – LA MORAL CATÓLICA – Ed. Luis Vives. Lección 24

[Esta es la anteúltima lección sobre los 10 Mandamientos. Cuando termine la lección 25 ya tienen todo lo que dice este libro sobre ellos. Pero igual hay buenos exámenes de conciencia para adultos, casados, etc. en internet (copien el que les guste y léanlo sin conexión a la red). Ahora sé porqué 13 años netos de bellísima catequesis, no dieron los frutos que yo esperaba, pasó lo que mucha gente de Iglesia dice: “es arar en el viento y sembrar en el mar” y eso es porque NO SE HAN CONFESADO BIEN, NI FRECUENTEMENTE. Las semillas que han caído en sus corazones (hablo de la gente en gral.), al estar uds. en tinieblas, viene el demonio a la noche y se las quita (lean la Parábola del Sembrador, en el Santo evangelio de Jesucristo según S. Lucas), y al día siguiente uds. están igual que el anterior, o peor, porque tienen el pecado de haber rechazado, o de la indiferencia hacia las cosas de Dios, y vuelven a escuchar porque “no se cansa el ojo de ver ni el oído de escuchar” y así, se ha estado calentando la silla años y todo derrumbándose alrededor. Con los Rosarios se está haciendo algo muy bien y son necesarios TODOS los días en todas las casas… algo bueno está pasando, pero se necesita que cada uno tenga la Luz de Cristo dentro e irradie Vida, Luz.

Se necesita que estén vivos espiritualmente y no muertos por pecados mortales, que ni siquiera recuerdan desde cuándo. La Confesión necesita 3 condiciones según los sueños que el Cielo daba a San Juan Bosco:

1) verdadero dolor de haber hecho sufrir a Jesús con los pecados que se hizo;

2) confesar todos los pecados y el número de veces que se hicieron los mortales, y si se hicieron Comuniones con esos pecados mortales sin confesarlos (supongo que si no se puede saber el nro. exacto se confesará el período de tiempo durante el cual se hicieron);

3) hacer propósitos de enmienda, sobre todo cómo evitar las ocasiones, ver y evitar qué es lo que a uno lo arrastra hacia eso, y CUMPLIRLOS.

Buena confesión frecuente y Comunión diaria son esenciales (Comunión con total reverencia, devoción, adorando a Cristo, con oraciones de preparación, como mínimo el: Señor mío Jesucristo, y siempre dando gracias al final como mínimo, y jamás en la mano). Les copio abajo la versión que tengo de un sueño de San Juan Bosco sobre el tema. Ya se darán cuenta porqué es tan difícil confesarse en algunas parroquias y porqué nos están negando la Comunión en la boca. Hoy me enteré que San Estanislao Kostka era muy devoto de Santa Bárbara porque ella intercede para que se puedan recibir los Sacramentos en el último momento de la vida. Si se le pide perdón a Jesucristo en esos últimos momentos, dice la Iglesia que Él te perdona. Y a San Estanislao se le apareció Santa Bárbara con dos ángeles cuando estaba enfermo y él recibió la Comunión y luego se curó. También recibió los Sacramentos de forma milagrosa Melanie, vidente de La Salette, cuando murió en soledad en Altamura, en el sur de Italia, “Está tranquila y alegre en su soledad. Todos los días va a la Catedral. El 15 de diciembre no fue. Había muerto durante la noche del 14 de diciembre. Forzaron la puerta de su casa y la encontraron en el piso completamente vestida. En febrero de 1903 había profetizado que forzarían la puerta de su casa y la encontrarían muerta, en un lugar desconocido de Italia. Dos de sus vecinos cuentan que la noche anterior se había oído la preciosa melodía del Tantum Ergo en la habitación de la dama francesa y que también oyeron una campanita como la que es usada para llevar el Sagrado Viático a los moribundos. La gente de Altamura sostienen que la Sagrada Comunión fue traída a Melanie por el mismo Señor.”

Les copio esto porque no quiero que piensen que les doy vías fáciles. Se debe hacer todo el esfuerzo por recibir los sacramentos, y confiar en la Divina Providencia. Si se reza y no se hace nada por ser Santo y perfecto, se es un mentiroso. Nuestra Sra. de las Rosas nos habla claro contra las oraciones sin obras. Es esencial vestir los sacramentales y no quitárnoslos ni un momento, ya que estamos en los últimos tiempos donde los peores demonios y sus ogros son soltados: el Escapulario (ponérselo igual hasta encontrar un sacerdote carmelita o franciscano que lo imponga), el Rosario al cuello, la Medalla Milagrosa, la Medalla de San Benito Abad, y la Medalla de Nuestra Sra. de las Rosas, y llevar bien visible el crucifijo con la imagen de Jesús. Nuestra Sra. de las Rosas, acerca de la Medalla de San Benito: “Esta medalla deberá ser llevada por todos porque sin ella gran calamidad caerá sobre el individuo”. Nos avisa por nuestro bien, es Madre y quiere que estemos protegidos. Sin los sacramentales tenemos “99% de posibilidades de caer”, nos dice Ntra. Sra. de las Rosas.]

282. Lo que ordena el octavo mandamiento.- Puso Dios este mandamiento para salvaguardar la riqueza espiritual del prójimo, mucho más preciosa que la material. Por eso, en él manda respetar la fama o buena estimación ajena y tributar a los demás el honor debido. Para cumplirlo es menester pensar y hablar bien del prójimo y ser siempre fieles y veraces.

[Fieles a Dios, que quede claro. Y el pensar y hablar bien no es decirles que todo lo que hacen está bien. Se debe ser fiel a la Verdad y corregir caritativamente al prójimo, pero CORREGIRLO cualquiera sea el cargo que tenga, porque nadie creado está por encima de Jesucristo, que es la Verdad, si no, se está haciendo una omisión.

La forma caritativa de corregir que se lee por los escritos de San Juan Bosco es “convencerlos de que lo mejor para ellos es ser buenos”. Un ejemplo de cómo corregir al prójimo, lo tenemos en Nuestra Sra. de las Rosas cuando habla de los homosexuales:

NO JUZGAS "Cuando un sacerdote os dice que no tenéis que hablar en contra del homosexualismo porque estáis juzgando a otras personas, y que debéis de amar a vuestro prójimo, y por lo tanto, nunca ponerlo para ser juzgado, no estáis juzgando. Si una persona hace el mal, y se los decís de una manera amable, de una manera caritativa, que están cometiendo pecado, y que perderán sus almas, e irán al purgatorio, o aún al infierno, no es juzgar. Estáis ayudando y amando a vuestro prójimo. ¿Qué es el amor?" - Nuestra Señora, 18 de junio 1982

En otro lugar nos dice que amar es dar. Debemos dar testimonio, debemos trabajar por El Reino de los Cielos. También por Nuestra Sra. de las Rosas sabemos que pronto no podremos confiar en nuestros sentidos, así que no podremos acusar a nadie en concreto sin tener pruebas o 2 testigos y debemos rezar por el que hace mal. El denunciar el mal es algo que Dios manda hacer a todos, ya que debemos dar testimonio de la Verdad.

[En el punto 283 este libro tienen las definiciones están cambiadas, así que lo transcribo corregido:

283. La veracidad y la verdad.- Estas dos palabras tienen significado diferente. Decir la verdad y hablar con veracidad son dos cosas distintas. Somos verídicos cuando decimos fielmente lo que pensamos, aunque ello sea erróneo [en realidad, alguien diría que eso es decir una verdad moral, pensamos que estamos en lo cierto, no tenemos ganas de engañar, pero tal vez no decimos lo que pasa en realidad]; decimos la verdad, o somos veraces, cuando afirmamos lo que es verdadero. No siempre podemos ser veraces, pero siempre hemos de ser verídicos. Dios nos manda decir la verdad pura y llanamente.

[Verídico según la RAE: “que dice la verdad” o “que incluye verdad”, y supongo que el relato donde esa verdad está incluída no es una mentira adrede, pero el diccionario no lo aclara. Veraz, según la RAE: “que dice, usa o profesa siempre la verdad”

Ej.: si veíamos a Laura limpiando la acera y unos pocos minutos después alguien nos pregunta por Laura y le decimos “está limpiando la acera” tal vez no hayamos faltado a la verdad moralmente, pero tal vez no somos veraces ya que puede que ella en ese momento ya esté dentro de su casa. Puede que estemos haciendo un pecado de desatino por irreflexión.]

“Vestíos del hombre nuevo, creado, según Dios, en justicia y santidad verdaderas. Por lo cual, despojándoos de la mentira, hable cada uno verdad con su prójimo, pues que todos somos miembros unos de otros”, decía San Pablo a los Efesios (IV, 24-25)

Todo hombre tiene el derecho a no ser engañado y el deber de no engañar. Lo uno y lo otro son indispensables en la vida social, ya que sin veracidad y lealtad no serían posibles la educación, la enseñanza, la familia, la amistad, el comercio, etc.

[Precisamente es lo que quieren acabar los planificadores de un solo mundo con el tema de la ideología de género y así destruir la sociedad e implantar la esclavitud comunista, ya en una universidad de USA suspendieron a un alumno por decir que un hombre XY siempre será hombre porque lo dicen sus genes, las palabras de la Biblia y los escritos que tiene la Iglesia están cambiados en internet, a la familia le han declarado el odio a muerte, y el comercio y bienestar lo quieren destruir para que todos sean dependientes del estado. Así por ej. desertizaron con satélites a Venezuela años para que todos vayan a la ciudad y vivan de la “beneficencia” de un estado dictador, ladrón, corrupto, y asesino. Esto es lo que alguien copió y comentó de la página Open Democracy de Soros: Open Democracy, con sus ataques «anticapitalistas» a pesar de vivir del capitalismo, es un periódico financiado por las fundaciones capitalistas de George Soros, la principal de las cuales se llama Open Society y otras organizaciones filantrópicas tales como la Fundación Ford, el Atlantic Philanthropies, el Rockefeller Brothers Fund y el Joseph Rowntree Charitable Trust): «la familia privada en cuanto a modo de reproducción social apesta». “Nos genera, nacionaliza y compite con nosotros. Nos norma para el trabajo productivo. Nos hace creer que somos ‘individuos’. Reduce al mínimo los costos de capital al tiempo que maximiza el trabajo humano que hace la vida …” y así sucesivamente. Y esto otro es el título de un artículo en esa página que se titula: The coronavirus crisis shows it's time to abolish the family Published on:24 March 2020. Traduccion: “la crisis del coronavirus muestra que es tiempo de abolir la familia”. Luego el art. da unas vueltas, no es tan directo, pero ya hace tiempo había dicho Soros que el obstáculo para que el estado domine al individuo es la familia. El tal Soros es satánico y lo primero que odian ellos es la familia de Jesucristo, la Iglesia.]

284. Sinceridad y lealtad.- La sinceridad o franqueza es una disposición constante del alma que nos lleva a conformar nuestras palabras a los pensamientos y afectos internos. Debemos apreciar tanto más esta virtud cuanto que somos discípulos del gran Maestro que dijo: Yo soy la Verdad (S. Juan, VIII, 44); el mismo que después, ante el tribunal de Pilatos, decía: “Yo para esto nací y para esto vine al mundo, para dar testimonio de la verdad; todo aquel que pertenece a la verdad, escucha mi voz” (S. Juan, XVIII 37).

Sus mismos enemigos daban testimonio de su veracidad: “Maestro, sabemos que eres sincero y que con verdad enseñas el camino de Dios…” (S. Mat., XXII, 16)

La sinceridad ha de ir acompañada siempre de prudencia, reserva y discreción.

La lealtad o fidelidad nos inclina a cumplir con exactitud nuestros compromisos y a corresponder a los demás. El hombre sincero y leal es veraz en lo que afirma y fiel a lo que promete.

285. Necesidad de la franqueza.- La franqueza es particularmente necesaria en las diarias relaciones de los hijos con sus padres y de los discípulos con sus maestros y profesores. La educación verdadera sólo puede realizarse en un ambiente de franqueza y lealtad. Si éste falta sólo podrá haber un espejismo formación.

286. Pecados opuestos al octavo mandamiento.- Son opuestos al octavo mandamiento todos los actos internos y externos contrarios a la veracidad.

Los pecados internos son de pensamiento, y pueden clasificarse en juicios temerarios, sospechas y dudas. Los externos se cometen de palabra o con signos y son: La mentira y sus hermanas: la hipocresía, la disimulación, la ironía, la jactancia y la adulación; además, todos los actos difamatorios y la revelación de secretos.

De modo expreso están prohibidos la mentira y el falso testimonio; e implícitamente (o de un modo indirecto): la difamación y todos los demás pecados anteriormente mencionados.

287. La mentira y sus especies.- Mentira es expresar con palabras o signos lo contrario de lo que se siente o piensa, con intención de engañar.

La mentira puede ser dañosa, oficiosa, y jocosa. La mentira es dañosa o perniciosa cuando perjudica injustamente al prójimo. Es oficiosa cuando se dice una falsedad para utilidad propia o ajena, sin perjuicio de tercero; y es jocosa o festiva cuando se dice por broma, diversión juego o mero pasatiempo. La mentira usada en confesión acerca de pecados mortales es sacrílega.

La primera mentira dañosa fue la que dijo el demonio –no podía ser otro- en figura de serpiente, cuando engañó a Eva en el Paraíso terrenal. Mentira oficiosa fue la de Jacob, para conseguir de su padre Isaac la bendición con derecho a la progenitura.

La mentira puede ser también material y formal. La material no tiene razón de mentira, pues carece de voluntad de mentir, aunque sea falso lo que se dice. La formal es la mentira propiamente dicha.

[Jacob ya había tenido el derecho de progenitura que su hermano rechazó por un plato de lentejas. Acerca de la mentira jocosa: S. Mateo 12, 36: “Os certifico que de toda palabra ociosa que hablaren los hombres darán razón en el día del juicio”.]

288. Malicia de la mentira.- La mentira es, por naturaleza, intrínsecamente mala y, por consiguiente, digna de ser odiada con toda el alma, pues ofende la suprema veracidad de Dios, hiere a la caridad que se debe a los demás y quebranta una obligación de derecho natural (número 283).

Toda mentira es pecado, dice Santo Tomás de Aquino; no siempre es falta grave. En cada caso depende de la materia, intención, advertencia del que miente y del daño que puede ocasionar.

Por razón de la materia, en cuanto opuesta a la verdad, es siempre leve, pero en cuanto se opone a la justicia, o entra en materia de religión, puede ser grave, sobre todo la dañosa, y aún la jocosa. La gravedad de la dañosa se determina por el perjuicio que causa. La oficiosa puede ser grave si causa escándalo grave, o anula la acción de la justicia en delitos graves [hay que pensar por uno mismo, nos dice Jesucristo en los Mensajes de Nuestra Sra. de las Rosas, ya sabemos que todo escándalo es grave y anular la acción de la justicia tiene que/debe ser necesariamente grave]. En la jocosa puede suceder que no haya pecado cuando sólo se hace con intención de entretener, sin voluntad de engañar, pues los oyentes entienden el juego y la broma.

La mentira es hija del diablo, dice un autor, siguiendo a Jesucristo que dijo a los judíos: “Vosotros sois hijos del diablo, y queréis cumplir los deseos de vuestro padre. Él es homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad, porque la verdad no estaba en él. Cuando habla la mentira, de lo suyo habla, porque él es mentiroso y padre de la mentira” (S. Juan VIII, 44).

La Sagrada Escritura está llena de sentencias que condenan la mentira. “Seis cosas aborrece el Señor... lengua mentirosa… testigo falso que difunde calumnias y enciende rencores entre hermanos” (Prov., VI, 16-19). “Los labios mentirosos son abominables al Señor; pero le agradan los que proceden sinceramente” (Prov., XII, 22). “La lengua mentirosa no quedará impune, la boca embustera da muerte al alma” (Sab., I, 11).

289. Otras formas de mentira.- Vicios parecidos a la mentira son: la hipocresía, la disimulación, la ironía, la jactancia y la adulación.

La hipocresía es fingimiento y apariencia de sentimientos contrarios a los que se tienen. Es una ficción personal. Jesucristo la echó en cara ásperamente a los fariseos que limpiaban el vaso y el plato por fuera, y por dentro estaban llenos de rapiñas y codicias… (Mat., XXIII, 13-33). Si la hipocresía consiste en disimular la propia maldad, entonces no es pecado.

[¿??!! ¿Qué víbora infiltrada habrá escrito esta última oración? Si tiene algo de base, que lo hubiese explicado, pero la maldad, y encima encubierta... es el satanismo de la "justificacion" de Lutero.]

La disimulación es un modo artificioso de encubrir la intención o de ocultar la verdad y entonces es lícita. [Uno no está obligado a decir todo lo que sabe, y por ej. el Arcángel San Rafael le dice a Tobit y Tobías que a él lo habían visto comer pero era apariencia. Pero no se puede ocultar la verdad si eso lleva a injusticia]. Lo malo es la simulación, mediante la cual, por signos exteriores, se afirma lo que no se piensa. La ironía infamatoria se dirige directamente a alguno a quien se quiere ofender. En la oratoria la emplean los oradores para condenar el vicio y el pecado y en este caso es lícita.

[Supongo que sería como en Amós 4,4 “Llegad a Bet-El y delinquid, a Guilgal y proseguid delinquiendo, traed cada mañana vuestros sacrificios y cada tres días vuestros diezmos”]

La jactancia es una presuntuosa alabanza de sí mismo. Se llama vanagloria cuando se confirma o subraya lo que otros dicen.

[La vanagloria es terrible, es como una mala levadura venenosa que nos infla mal, no nos levanta hacia lo alto como la buena levadura. A la vanagloria ahora le están diciendo “afirmación” ej. cuando los profesores visten a un niño como niña y junto con los compañeros todos lo festejan… pobre niño, el veneno de la adulación destruyó, por ej. la mitad de la vida de Walter Hayes, su abuela lo vestía de niña en secreto y lo adulaba, el niño creyó que ese era el camino a seguir, aunque se casó, se recibió de ingeniero… pero el veneno afloró y se divorció, se convirtió en trans , mutilándose, y luego de recuperarse del alcoholismo donde también lo llevó el veneno interior que había recibido, haciendo obra de bien ayudando a recuperar alcohólicos encontró un buen médico que lo ayudó a superar el desastre que empezó la adulación de su abuela y que ahondaron los psicólogos que le daban “afirmación”. Ahora se dedica, entre otras cosas, a combatir la ideología de género en los colegios]

La adulación es defecto que consiste en extremar las perfecciones de alguno, o alabar las que no existen; es pura mentira. Sin embargo, puede ser virtuosa cuando se endereza a consolar al que padece para que no desmaye; a veces ha hecho verdaderos prodigios.

290. Restricción mental.- Consiste en desviar el sentido natural de una palabra o frase a otro sentido que le damos en la mente. Así, Jesucristo para anunciar a los Apóstoles que Lázaro había muerto, comienza por decirles: “Lázaro, nuestro amigo, está dormido y voy a despertarle” (S. Juan, XI, 11). La restricción mental, usada para ocultar la verdad o parte de ella sin decir mentira alguna, es lícita cuando hay causa suficiente para ello. Puede ser medio necesario para guardar secretos. Puede ser puramente mental y ampliamente mental. En la restricción puramente mental o equívoco no es posible descubrir el sentido de las palabras del que habla. Por ejemplo: Se pregunta a uno: “¿Ha visto usted el Pilar?” y contesta que sí, pensando interiormente: en fotografía. –Pregunta un padre a su hijo: ¿Has ido a Misa?-Sí (el domingo anterior) – Es una mentira.

[Cuando una monja que todas tenían por insoportable le preguntó a Santa Teresita porqué ella le sonreía tan agradablemente cuando la encontraba, Sta. Teresita le respondió: -porque me alegro mucho de verla (y agregó interiormente: espiritualmente). Eso no es mentira porque sí se alegraba mucho de alguna manera].

En la restricción ampliamente mental hay posibilidad de inferir, por medio de las circunstancias que concurren, el sentido de las palabras del que habla. Usola Jesucristo cuando, después de manifestar a los Apóstoles las señales del fin del mundo, éstos le preguntaron acerca del tiempo en que sucedería esto: a lo que Jesús contestó: “En cuanto a ese día o esa hora, nadie la conoce, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre” (Marc., XIII, 32). Él, bien lo sabía, pero, en cuanto mensajero del Padre, no había recibido el encargo de comunicarlo a los mortales.

[No sé en qué se basan para afirmar esto. Jesús es obediente al Padre y dijo que El Padre es más que Él. Jesús es la segunda persona de la Santísima Trinidad. No son la misma Persona Divina y puede que por exquisito respeto y adoración, no sepa exactamente el día y la hora, pero obviamente puede que sepa todas las circunstancias y todo hasta ese día, por ejemplo. En mi opinión podría Él averiguarlo fácilmente, pero no lo hace por respeto. Como San Juan llegó al sepulcro y no entró, dejó que Pedro entrara primero. La Santísima Trinidad es un misterio y creo firmemente que se hace mejor en creer sencillamente lo que se sabe, que alcanza y sobra, que en querer averiguar, como hacen algunos, cómo el Hijo muestra su obediencia y respeto al Padre, mejor les vendría a algunos (a todos nos viene bien) empezar por respetar y obedecer bien los 10 mandamientos y la Palabra de Jesucristo. Dirán: “ya los sabemos…” pero debemos meditar y meditar y confesarnos y confesarnos y obedecer más y mejor a Jesúcristo para que entre más y más Luz.]

Nunca es lícito emplear equívocos o restricciones mentales en confesión ni en materia de fe o de religión; tampoco en los contratos ni en los interrogatorios judiciales, o cuando haya peligro de que una falsa interpretación de las palabras cause un daño injusto al prójimo.

291. Sospechas, dudas y juicios temerarios.- Juicio, sospecha y duda son tres grados escalonados de más o menos de esa mala inclinación que tiene el hombre a pensar mal del prójimo.

El juicio afirma, la sospecha opina y la duda se queda estacionaria en equilibrio. Los tres son, por lo tanto, pecados internos.

[Hay que pensar por uno mismo, nos manda Jesucristo en los mensajes de Nuestra Sra. de las Rosas y Ntra. Sra nos manda hablar claro advirtiendo al prójimo. No podemos juzgar, jamás podemos decirle a nadie: “condenado”, “no tienes remedio”, ya que sólo Dios Juzga y esa persona bien puede arrepentirse, para eso Nuestra Sra. de las Rosas nos manda rezar por ellos, y dice que podemos convertir a cualquiera con sacrificio y oración. Sospechar internamente, sin ventilar cosas sin pruebas, pero buscarlas razonando para saber si debemos alejarnos de esa persona o no, es bueno y necesario, hay que evitar las malas compañías, todo el que viva en pecado mortal. Y Nuestra Sra. de las Rosas nos manda no dejar entrar a nadie en casa, aparte de nuestra familia inmediata, si esa persona no ha sido probada. Nos dice que nuestra casa debe ser una fortaleza. Y la duda hay que resolverla pidiendo Luz, que nos dice Ntra. Sra.: “rezad mucho por la Luz”.]

Juicio temerario es la afirmación interior de la maldad del prójimo sin motivo justificado, y basada solamente en indicios leves. Muchas veces se hace con ligereza, precipitación, sin reflexionar, y sin malicia; entonces es sólo pecado venial. Para que sea mortal es menester que el juicio sea verdaderamente temerario, hecho por odio o envidia, en cosa grave, y con exclusión de toda duda o sospecha.

La sospecha temeraria es una propensión a pensar mal del prójimo sin motivo suficiente. En la duda se suspende el juicio, sin determinarse en pro ni en contra del prójimo. Estos pecados se cometen muy fácilmente y denotan poca caridad para con el prójimo. Ordinariamente son las personas de probidad dudosa, las más inclinadas a formar esos juicios malos. A ellas se les puede aplicar el conocido proverbio: “Cree el ladrón que todos son de su condición”.

Cuando Judit salió de noche tan engalanada y perfumada al encuentro de Holofermes, ¿Quién no hubiera formado de ella un juicio temerario? Y, sin embargo, ¡cuán recta era su intención! –Y ¿qué pensaba Simón el fariseo [Simón el leproso], de la Magdalena, cuando ésta, arrepentida, regaba con sus lágrimas los pies de Jesús y derramaba sobre ellos el perfume? –Según algunos judíos, el día de Pentecostés estaban los apóstoles tomados de vino porque, llenos del Espiritu Santo, publicaban la Resurrección de Jesús y Su Divinidad.

[Tal vez no entendían las otras lenguas en que hablaban y pensaban que estaban “llenos de mosto”, pero enseguida los venidos de tierras extranjeras dijeron que los escuchaban en sus idiomas.]

No juzguemos nunca mal del prójimo, porque muchas veces las apariencias engañan, y la verdad es otra de la que ellas predican.

Debemos ser propensos a juzgar siempre bien de los demás; pero esto no impide que se tomen precauciones aconsejadas por la prudencia, como son: vigilar, guardar el dinero, cerrar las puertas para no ser víctimas de algún maligno atentado.

[Muy bonito, pero de lo más preciado que tenemos es el alma y sobre todo la de los niños, y para eso hay que cortar las ocasiones (ej. malas amistades, doctrinas, todo lo que vaya en contra de la Santa Religión y hacerles llegar las aguas puras de la gracia, como nos manda Nuestra Sra. de las Rosas) y echar lejos las malas ocasiones. Más preciado que nuestra alma es la Presencia de Jesucristo en los Sagrarios y los Sacramentos. Se han cerrado las puertas de casi todas las iglesias durante la mayor parte del día, por miedo a algún “maligno atentado” y es porque no se ha combatido el mal ni se ha excomulgado a los herejes y escandalosos como pide Nuestra Sra. de las Rosas, ni se ha tenido celo por evangelizar en la propia parroquia y etc. Por lo tanto, ahora están casi vacías y se cierran, pero los satánicos están muy dentro y “una casa en tinieblas, una iglesia en tinieblas, viste una banda de muerte alrededor”, Nuestra Sra. de las Rosas.]

292. El secreto y sus clases.- Secreto es el conocimiento que se tiene de una cosa que debe permanecer oculta al prójimo. Puede ser natural, si por su naturaleza la cosa ha de permanecer oculta al prójimo, por ejemplo, una falta deshonrosa.

[¿Y vamos a ocultar semejante falta, teniendo pruebas, y que el individuo ande por ahí como lobo vestido de cordero por nuestro silencio? Yo sé por experiencia que malos bichos se ponen en consejeros de almas con problemas, en las comunidades para destruir a la pobre alma adrede, y la bicha gitana ésa que se la daba de consejera, se vestía siempre con un chaleco de corderito… en los grupos carismáticos de la Parroquia Espíritu Santo, en Av. Cabildo, a ppios. de los ‘90]; prometido, si después de conocido, se ha dado palabra formal de guardarlo; confiado, si fue comunicado a condición de callarlo; profesional, si se confía a un abogado, a un juez, a un médico, etc., por razón de su profesión; y sacramental, si es secreto de confesión.

[Con el secreto de confesión me dirían lo mismo del secreto natural, pero no, si la persona es un ladrón, etc. para estar perdonado se le exige que repare su falta en la sociedad, debe confesar el crimen, si no, no se le puede perdonar. Todos se llenan la boca con “el buen ladrón” pero éste reconocía que estaba en la cruz pagando sus pecados. Y si fuera a confesarse un individuo que no tiene fe y no va a cumplir la penitencia, si no la cumple no va a estar bien perdonado, entonces no se acercaría uno que tuviera un atisbo de fe pero ninguna gana de hacer lo correcto. Y en cualquier caso: ¿para qué revelar lo que confesó, si es un mentiroso y puede que ni esté confesando un pecado real, sino queriendo poner una trampa para que se destruya el secreto de confesión, o habiendo hecho un crimen real, pasa por el confesionario solamente para tender una trampa, luego se deja atrapar y dice que que no lo atraparon a tiempo porque el sacerdote no reveló el secreto?. El sacerdote no es detective. Para eso está la policía (que los promotores del feminismo y pederastia como Soros quieren destruir). Los sacerdotes, de buena fe, están para curar las almas de los que se confiesan.]

A estas clases de secretos hay que añadir el epistolar o de la correspondencia, incluído en el secreto natural, y considerado, además, como secreto confiado.

293. Obligación y revelación de secretos.- El secreto es para el que lo posee un depósito sagrado que no puede revelar sin causa proporcionada o apta para ese fin. Y cuando mayor sea la obligación, tanto más grave ha de ser la causa que puede permitir su revelación. El que sin motivo legítimo violase un secreto, cometería un pecado contra la justicia, la fidelidad o la caridad, y su gravedad variaría proporcionalmente al daño que se ocasionaría al prójimo.

[Acá al poner las palabras “depósito sagrado” pareciera que estuviera hablando del secreto de confesión. Eso es embarrar la cancha, si es cualquier secreto, no es sagrado y, si es sagrado, no se puede revelar. Cuidado con los bichos, por eso Santa Teresa de Ávila, Doctora de la Iglesia nos recomienda buscar un buen confesor, ella recomienda especialmente que sea “letrado”. El secreto de confesión es inviolable, como explican abajo. El sacerdote obra representando a Cristo en el sacramento, Cristo lo usa en Su lugar para dar la absolución. Traicionar eso, lo que uno cuenta arrepentido a Cristo por medio del sacerdote, es una de las mayores traiciones que puede hacer un sacerdote. Los socialistas de USA quieren que los sacerdotes les revelen los secretos de confesión, socialismo es satanismo. Deben volver los confesionarios a las iglesias, con la rejilla para que se pueda hablar lo más cerca del oído del sacerdote y que otros alrededor no escuchen al fiel y que el sacerdote no vea la cara del fiel que se confiesa. Es una desgracia que el demonio, infiltrado entre las mitras en el CVII, haya hecho que se esté confesando en los bancos de las iglesias, o en sillas puestas en el pasillo, con la “gente” a medio metro de distancia, escuchando con la misma o mayor nitidez que el sacerdote. Otra barbaridad son las confesiones grupales, donde se hace una meditación, se arrepienten y “confiesan” individualmente con Dios y luego el sacerdote da una absolución general. Ese no es el espíritu de humildad, ni le da el sacerdote al fiel los consejos personales necesarios para evitar las caídas].

El secreto sacramental es siempre inviolable y no hay nada que pueda permitir su revelación. El natural y el confiado obligan de suyo y en justicia, según la importancia de la materia. El secreto profesional es muy grave y obliga siempre en justicia. El secreto prometido obliga por fidelidad a la palabra dada y según la intención que se tuvo al darla. El secreto epistolar participa de las reservas y responsabilidades del natural y del confiado; nadie puede leer las cartas dirigidas a otro, sin el consentimiento del interesado, salvo en casos especiales, como la censura oficial, en colegios, comunidades religiosas, etc.

[A Santa Teresita, a quien se llama “la santa de los últimos tiempos”, la superiora quería leerle la correspondencia, la Santa Doctora no lo aceptó. Prefirió no escribir y si mal no recuerdo, logró que le respeten el secreto epistolar. Nos está pasando lo mismo con la Comunión en la mano, no la podemos aceptar nunca. Por favor, oraciones y sacrificios para que se permita a los fieles lo que en muchos países se está negando con el Covid: comulgar en la boca, que es obligación y derecho, y por el derecho de los sacerdotes a darla solamente en la boca. Estamos cerca de Pascua y nos están poniendo leyes ilegales para que no podamos cumplir con el precepto pascual. Las leyes que los infiltrados hicieron son ilegales, pero ni sus leyes permiten que se prohíba la comunión en la boca, pueden autorizarla en la mano en caso de epidemia, cuando la conferencia episcopal lo dicte, pero NUNCA PROHIBIR LA COMUNIÓN EN LA BOCA. El Vaticano cerró en San Rafael, pcia. de Mendoza un seminario según la Santa Tradición, que ya lo tenían entre ojos hace rato, porque los 40 seminaristas no aceptaban comulgar con la mano.]

La obligación de guardar un secreto cesa cuando ya se ha divulgado por otra vía y también cuando de callarlo se seguiría un mal grave al bien común o un perjuicio grave e injusto a un inocente, etc. Así, un médico, por ejemplo, debe declarar un caso de tifus al servicio de higiene. Si el secreto prometido se refiere a un acto criminal, es evidente que no se puede guardar.

Los padres pueden exigir a sus hijos menores la revelación de ciertos secretos prometidos. Igual derecho tiene un superior legítimo sobre sus subordinados. -- [En el día de la Cátedra de San Pedro, publiqué las palabras de Jesús en un mensaje de Nuestra Sra. de las Rosas, donde dice: (recuerden que los mensajes deben ser leídos enteros)

LOS PASTORES EN EL CAMINO ERRADO SE EXPONDRÁN

"Cuando el mundo y Mis Iglesias a través de vuestro mundo estén unidos, ¡sabed que el fin está cerca! El Padre Eterno no permitirá que el mundo venga dentro de Su Casa, porque la carne y el demonio no tienen nada en común con el espíritu. ¡Apartaos de este error de condenación, profanación, abominaciones! Vosotros, quienes sabéis que seguís por el camino hacia la perdición, ¡salid ahora de vuestra oscuridad! No tengo que dar vuestros nombres en custodia a Nuestros mensajeros a través del mundo. En caridad, no os expongo delante de las naciones. Sin embargo, el tiempo vendrá cuando os expondréis vosotros mismos delante de las naciones. Jesús, 17 de mayo, 1975.

Juan 21,17 "Dícele por tercera vez: Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Entristeciose Pedro, porque le dijo por tercera vez "¿Me quieres"?, y le dijo: Señor, tú lo sabes todo, tú bien sabes que te quiero. Dícele Jesús: apacienta mis ovejas" Cuando Jesús le dice a San Pedro "apacienta mis ovejas" le manda, entre otras cosas, que apaciente a la Iglesia, que se administren los Sacramentos y es ley de la Iglesia que se administre la Comunión en la boca. Siempre se hizo aún en epidemias, que esta es una plandemia (Covid), y aún así se da en la boca en otros países y no se cerraron las iglesias. Negar la Comunión en la boca es un capricho satánico, ilegal. Están expuestos. El que tenga dignidad, salga de la red del demonio o ya sabe dónde termina: lea el primer secreto de Fátima. Estos sueños de San Juan Bosco están en una versión deplorable, aún así, nos ayudan mucho.

98. El caballo misterioso 1875 (MB. 11,223). El 4 de mayo de 1875 ante el alumnado en pleno nuestro Padre le habló así: La noche del 25 de abril me fui a acostar pensando qué les debería decir a los jóvenes que van hacer los Retiros Espirituales. Y apenas me dormí empecé a soñar. Y me pareció encontrarme en una gran llanura y oí que mis antiguos amigos Buzzetti y Gastini me decían: – Don Bosco, suba a ese caballo que se le presenta.

Y apareció un caballo brioso y hermosísimo que tenía el pelo muy brillante.

Yo subí al caballo. Qué alto me pareció entonces aquel animal. Me parecía estar sobre un elevado pedestal desde el cual contemplaba todo el inmenso valle.

Enseguida sonó una trompeta y se oyó esta voz: – Recuerden que estamos en el país de la prueba y de la tentación (que nadie se extrañe de que le lleguen pruebas y tentaciones. Es el fuego que purifica, dice la 1a. Carta de San Pedro 4,12). Y en ese momento descendió de lo alto de un monte una inmensa cantidad de jóvenes, más de cien mil. Allí estaban los alumnos de ahora y los que vendrían más tarde. Cada uno llevaba un arma en sus manos: un hierro terminado en dos puntas afiladas.

Y por el otro lado del campo apareció una cantidad enorme de animales feroces que parecían tigres y leones de cuerpo descomunal. Su hocico producía espanto y sus ojos estaban llenos de sangre.

Los monstruos se lanzaron para atacar a los jóvenes, los cuales se prepararon para defenderse con sus armas. Llevando en sus manos aquel hierro con dos puntas afiladas, hacían frente a las fieras, las cuales no pudiendo vencer a sus víctimas, mordían con rabia aquellos hierros pero se les rompían los dientes y tenían que alejarse.

Pero el arma de hierro de algunos jóvenes no tenía sino una sola punta y ellos eran heridos por las fieras. El arma de otros no tenía mango para agarrarla o estaba rota o carcomido por la polilla. Otros eran tan presuntuosos que se lanzaban a combatir las fieras sin llevar armas y eran destrozados por ellas y morían. Pero los que llevaban el arma de hierro con dos puntas bien afiladas y con el mango bien fuerte eran muchos, muchos.

Y una voz me dijo: – El arma de dos puntas significa: Confesión y Comunión.

En una punta del arma estaba escrito: Confesión y en la otra: Comunión. Y la voz añadió: – Mango roto o carcomido significa confesiones y comuniones mal hechas.

Mientras tanto mi caballo se veía rodeado de enorme cantidad de serpientes pero él saltaba y lanzaba coces a derecha e izquierda y las aplastaba o las alejaba y se elevaba cada vez más en corpulencia. Ese caballo significa la ayuda que Dios nos envía para defendernos de los enemigos del alma. Vi que los que tenían el arma sin mango o con el mango carcomido llevaban escritas algunas de estas palabras: “Orgullo, Pereza, Impureza”.

Di una vuelta en mi caballo por el campo y vi a muchos jóvenes tendidos por el campo como muertos. Unos estrangulados, otros con el rostro desfigurado de manera horrible y muchos muertos de hambre a pesar de que tenían junto a sí un plato lleno de riquísimos alimentos. Y me fue dicho que éstos representan a los que tienen pecados sin confesar (quizás desde muy pequeños y nunca los han confesado) y a los que comen o beben de gula y a los que no quieren practicar los consejos que se les dan en las confesiones y no aprovechan de la fuerza que ofrecen los sacramentos. -- Muchos jóvenes caminaban sobre una alfombra de rosas pero al sentir sus espinas caían desfallecidos por el suelo. Otros pisaban fuertemente las rosas y llegaban al otro lado victoriosos. Y me fue dicho que los que caen bajo las punzadas de las espinas son los que se entregan a los placeres sensuales y son víctimas de sus consecuencias dañosas. En cambio los que pasan adelante victoriosos son los que saben mortificar sus pasiones y dominar su sensualidad.

De nuevo se oyó un sonido de trompeta llamando a batalla y aparecieron otra vez las fieras en mayor número y ferocidad que antes. Y todos nos sentimos atacados, también yo. Pero tomamos el arma de hierro con sus dos puntas afiladas y resistimos el ataque y los monstruos al verse combatidos se dieron a la fuga y desaparecieron. Entonces resonó la trompeta y se oyó una voz que decía: – ¡Victoria!, ¡Victoria! Yo preguntaba: – ¿Pero cómo se proclama victoria si han quedado tantos heridos y tantos muertos? Y la voz del Cielo respondió: – Se concede tregua a los vencidos (para que se recuperen).

Y apareció en el Cielo un bellísimo arco iris desde un extremo a otro de las montañas (señal de la paz que Dios quiere hacer con sus criaturas).

Y sobre la cabeza de los vencedores aparecieron bellísimas coronas que resplandecían de manera maravillosa, y sus rostros brillaban con una belleza incomparable. Y apareció una bellísima Señora en una tribuna, acompañada de una multitud de gente de una hermosura imposible de imaginar. La señora estaba vestida como una gran Reina y exclamó amablemente: – Hijos míos, vengan todos a protegerse bajo mi manto.

Al mismo tiempo extendió un amplísimo manto y todos los jóvenes corrieron a protegerse bajo él. Noté que algunos en vez de correr volaban por los aires, y en frente llevaban escrito: “Inocencia”. Otros caminaban más despacio porque tienen más faltas. Algunos caminaban entre el barro y se quedaban allí atollados y no lograban llegar hasta el manto de la Señora. Son los que viven amarrados a sus pecados y a sus malas costumbres y por no dejar sus maldades no llegan a ser buenos devotos de la Virgen. Algunos se quedaron en mitad del camino sin lograr llegar porque lo que les interesa en la vida es tener dinero, fama y goces terrenales y no el ser Santos y agradar a Dios.

Yo empecé a correr para colocarme junto al manto de la Virgen Santa y en ese momento me desperté.

Quienes desean saber qué clase de arma tenían en aquel combate y si fueron vencedores o vencidos pueden acercarse en estos días y le diré a cada uno lo suyo. En este sueño no solamente vi lo pasado sino también lo futuro.

Frente a cada joven vi un camino lleno de espinas, de clavos y de peligros, pero también lleno de gracias y de ayudas de Dios, y esos caminos terminaban en un jardín bellísimo al cual llegaban. Que cada uno tenga mucha confianza en Dios pues si bien el camino que le espera para recorrer está lleno de tropezones y guijarros y peligros, también estará lleno de ayudas maravillosas del buen Dios. Y la felicidad que nos espera al final de nuestro camino es tan grande y tan inmensa que muy pronto se nos olvidarían las penas y luchas que tuvimos que sufrir para recorrerlo.

Explicaciones: El Padre Julio Barberis le oyó después decir al Santo: – Esto fue algo más que un sueño.

El Padre Berto se le acercó y le preguntó cómo lo había visto a él en aquel sueño y Don Bosco le dijo tales verdades y tan precisas que el sacerdote preguntante derramó lágrimas de emoción y exclamó: – ¡Si hubiera venido un ángel del Cielo no me habría hablado con tanta precisión!]

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